Dijo que incluso le pidieron cambiarlo y que enfrentó hasta amenazas de muerte, pero sabía que su decisión era la correcta porque tenía conciencia de que se estaba preparando el terreno para lo que siempre ha llamado guerras eternas, a perpetuidad.
Durante una entrevista concedida a Democracy Now a propósito del vigésimo aniversario del 11-S, Lee comentó que ‘nuestros temores más profundos nos persiguen’ aun y sostuvo que se hicieron realidad sus peores miedos sobre las ‘guerras eternas’.
A referirse a la retirada de Afganistán –país invadido y ocupado por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en octubre de 2001-la representante de California señaló que se necesita una investigación.
Planteó que ella apoyó la criticada decisión del presidente Joe Biden de salir de Afganistán, una postura que calificó de absolutamente correcta.
‘Sé que, si nos quedáramos allí militarmente otros cinco, 10, 15, 20 años, probablemente estaríamos en un lugar peor, porque no hay solución militar en Afganistán, y no podemos construir una nación. Eso es un hecho’, subrayó.
Pero sí consideró que la evacuación fue realmente caótica y ‘no había ningún plan’ para sacar a más de 120 mil personas en unas pocas semanas.
Lee mencionó que el inspector especial para la reconstrucción de Afganistán presentó ‘informes una y otra vez’ y el último de estos hablaba que Estados Unidos ‘no comprendía el contexto afgano, incluso social, cultural y políticamente’.
A tono con esos informes ‘los funcionarios estadounidenses rara vez tenían siquiera una comprensión mediocre del entorno afgano’.
El 14 de septiembre de 2001, tres días después de los los atentados al World Trade Center, en Nueva York; y al Pentágono, la Cámara de Representantes celebró un debate de cinco horas sobre la concesión al presidente de poderes expansivos para utilizar la fuerza militar en represalia por los ataques.
‘No nos convirtamos en el mal que deploramos’, con esas palabras la congresista de Oakland sacudió la Cámara Baja, que finalmente votó 420 a uno, porque ya el Senado había aprobado el proyecto 98 a 0.
Un mes después Estados Unidos lanzó su guerra contra el terror en Afganistán al acusar al movimiento Talibán de cobijar a Osama Bin Laden, cabecilla de la red terrorista Al Qaeda, señalado como el organizador de los atentados del 11-S.
Sin embargo, Bin Laden fue muerto una década después por una operación –por cierto violatoria de la soberanía de Pakistán- ordenada dentro de ese país por Barack Obama, entonces ocupante del Despacho Oval.
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