El estudio realizado por un equipo internacional de investigadores del Museo Sueco de Historia Natural y la Universidad de Nebraska-Lincoln (Estados Unidos) reveló que cuando las algas microscópicas y las cianobacterias que proporcionan oxígeno a los animales acuáticos se descontrolan, agotan ese gas y liberan toxinas en el agua.
Los expertos, según un artículo publicado en Nature Communications, al estudiar registros fósiles, sedimentarios y químicos de rocas cerca de Sídney, Australia, descubrieron que varios pulsos de eventos de floración ocurrieron poco después de las primeras erupciones volcánicas que llevaron a la extinción masiva.
‘Una vez que los animales que se alimentan del fondo o detritívoros fueron eliminados, no quedó nadie para mantener a raya a los microbios. Los sistemas de agua dulce se llenaron de algas y bacterias y eso retrasó la recuperación de las especies de muchos animales quizá durante millones de años’, precisó la nota.
El hallazgo identificó como los ingredientes principales de esa ‘sopa tóxica’ a las emisiones aceleradas de gases de efecto invernadero, altas temperaturas y abundancia de nutrientes.
Asimismo, al comparar registros fósiles de diferentes extinciones masivas relacionadas con el calentamiento encontraron situaciones similares, lo cual implica la proliferación de microbios mortales como agresores habituales en las desapariciones definitivas que suceden en entornos de agua dulce durante esos eventos.
Los autores de la investigación alertaron que, sin necesidad de grandes erupciones de por medio, los seres humanos actualmente siguen la misma ‘receta’ y las floraciones microbianas en agua dulce han aumentado, de ahí la importancia de las geociencias para comprender el pasado y entender los cambios contemporáneos en el clima.
Chris Fielding, de la universidad estadounidense, llamó la atención a ‘que estamos acostumbrados a pensar en escalas de tiempo de años, tal vez decenas de años, en el mejor de los casos. El evento de extinción masiva del final del Pérmico tardó cuatro millones de años en recuperarse. Y eso es aleccionador’, concluyó.
La actual investigación contradice la teoría de que algunos lagos y ríos pudieron resistir y albergar a los animales sobrevivientes de las serie de masivas erupciones volcánicas, y provocó la desaparición de hasta el 95 por ciento de las especies que entonces poblaban el planeta Tierra.
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