La vista, que se extenderá hasta el próximo viernes y capta la atención de los medios de prensa, se realiza en un tribunal de Columbia Británica, provincia costera del occidente canadiense.
Meng, de 47 años y directora financiera del gigante tecnológico Huawei, fue detenida el 1 de diciembre de 2018 en el Aeropuerto Internacional de Vancouver bajo acusaciones de haber violado las sanciones económicas de Estados Unidos contra Irán.
El presunto fraude de la empresaria para esquivar las medidas coercitivas de Washington sobre Teherán es el eje central de la puja jurídica entre la parte estadounidense, las autoridades canadienses y los abogados de la imputada.
Los defensores de Meng sostienen que el cargo contra su cliente no constituye un delito en Canadá ya que el país no aplicó sanciones a los iraníes, por lo que la extradición de ella –residente legal aquí-no resultaría aplicable.
Sin embargo, si los magistrados que tienen a cargo la causa aceptan la doble incriminación al considerar que la empresaria también violó las leyes canadienses, podrían enviarla a Estados Unidos para que enfrente la justicia allí, reseñó Radio Canada International.
Pero si la Corte de Columbia Británica concluye que la acusada no violó ninguna norma vigente en el país, entonces Wanzhou recuperará su libertad en forma plena y se desechará el pedido de extradición.
Señala el propio servicio multilingüe de prensa que si los cargos son retenidos, la causa judicial pasará a una segunda etapa, que comenzará en junio de este año y donde la cuestión de la extradición ocupará el centro de las deliberaciones.
La ejecutiva enfrenta el proceso en libertad condicional luego de pagar una fianza equivalente a casi 7,5 millones de dólares estadounidenses, aunqeu está atada a una tobillera electrónica que controla todos sus movimientos.
Para no pocos observadores la detención de Meng se inscribe en el marco de la guerra comercial que ha enfrentado en los últimos tiempos a Estados Unidos y China.
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