Este crecimiento llevó las ventas hasta 340 millones de litros y acarreó también una ampliación del 30 por ciento en la red de distribución, pasando a ofertarse de mil 106 estaciones de servicio a mil 740 en un año, lo que supone una quinta parte a nivel nacional.
De acuerdo a las cifras ofrecidas, este combustible ya registró un crecimiento sin precedentes en 2018 (más de un 55%), a pesar de lo cual sus ventas totales solo representan un 3 por ciento del total del mercado de la gasolina.
Entre los inconvenientes para su uso se encuentran, por una parte, que los fabricantes no ofrecen vehículos compatibles con el E85, y la modificación para adaptarlos es costosa, y a ello hay que sumar un consumo de un 25 por ciento superior, por lo que a pesar de que el combustible es bastante más barato que la gasolina es necesario hacer muchos kilómetros para hacerlo rentable.
El combustible, subvencionado por el Estado, contiene hasta un 85 por ciento de etanol procedente de la fermentación de remolacha y cereales, lo que reduce en un 50 por ciento las emisiones de CO2 y en un 90 por ciento las de partículas, en comparación con los combustibles fósiles.
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