En una reunión del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, Abe explicó que si bien la unidad japonesa proporcionará información al Ejército estadounidense, «no estará bajo el mando norteamericano en operaciones militares”.
Especificó que un destructor japonés podría comunicarse directamente con un buque de guerra estadounidense, pero no realizará el intercambio de información que se considera como participación en una operación militar estadounidense.
El envío de efectivos de las Fuerzas de Autodefensa al Medio Oriente tiene como objetivo reunir información para la seguridad de las rutas marítimas en la región y custodiar las embarcaciones comerciales niponas, pero sin unirse a la coalición liderada por Estados Unidos.
Japón desplegó un barco y dos aviones P3C en el golfo de Omán, la parte norte del mar Arábigo y en aguas de países del golfo de Adén.
Según la postura del Gobierno nipón la presencia en la zona es “una medida dirigida a la paz y la estabilidad en Oriente Medio así como a garantizar la seguridad de los buques relacionados con Japón”, pues el 90 por ciento de sus importaciones de petróleo provienen de la región.
Debido a su relación de amistad con Irán, Japón decidió mantenerse al margen de la fuerza multinacional liderada por Estados Unidos en el estrecho de Ormuz.
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