La salida pacífica al diferendo en el referido enclave montañoso carece de alternativas, coincidieron en señalar ambos cancilleres, destaca un comunicado del ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
Lavrov y Cavusoglu también apoyaron la necesidad de cumplir con los preceptos de la tregua humanitaria pactada el pasado sábado en esta capital, tras más de 10 horas de negociaciones entre los jefes de la diplomacia de Rusia, Armenia y Azerbaiyán.
Además, ambos ministros consideraron necesario el cumplimiento inmediato de la avenencia para el cese de hostilidades y abogaron por acordar un mecanismo de control sobre su puesta en práctica.
De igual forma, los jefes de la diplomacia de Rusia y Turquía destacaron la importancia de acordar pasos para restablecer el proceso de conversaciones en el marco de los mecanismos del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
De su lado, el presidente azerí, Iljam Aliyev, negó nuevamente la existencia de grupos extremistas foráneos en el conflicto de Nagorni Karabaj, mientras reafirmó que nunca aceptará la ruptura de la integridad territorial de Azerbaiyán.
Aliyev estimó que los pueblos de Armenia y Azerbaiyán pueden convivir de forma pacífica en Nagorni Karabaj y se mostró abierto a analizar propuestas de esfuerzos internacionales para garantizar la paz, pero solo al término de la confrontación bélica.
De su lado, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, consideró necesario el reconocimiento por Bakú del derecho a la autodeterminación de Nagorni Karabaj, mientras que señaló a Turquía como el país que promueve la confrontación en torno al enclave montañoso.
Pashinian indicó que antes de iniciarse las acciones bélicas el pasado 27 de septiembre, Ankara envió a la zona a extremistas armados procedentes de Siria.
El diferendo en el mencionado enclave se remonta a 1988. A finales de 1991 se iniciaron las primeras acciones de guerra hasta la firma de un armisticio en 1994, bajo patrocinio del Grupo de Minsk de la OSCE.
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