Los meteorólogos vaticinaron lluvias intensas en numerosas regiones del populoso territorio, fenómeno poco usual por tratarse de una nación de clima eminentemente desértico y que redobla la vigilancia en tales casos por la escasez de sistemas pluviales.
No acostumbrados a los aguaceros, los egipcios siguen con atención los pronósticos del tiempo y preparan condiciones para permanecer en casa, siempre que sea posible, hasta que pase la tormenta.
Las precipitaciones podrían estar acompañadas por vendaval y tormentas de arena, añadió el portal digital que informó sobre chubascos ocurridos ya en localidades como Damieta, Al-Gharbia, Suez y ciudades del mar Rojo.
En tanto en la mediterránea Alejandría aumentan las medidas preventivas a fin de mitigar penetraciones del mar, que suelen paralizar la legendaria urbe fundada en el 331 a.n.e.
Los puertos de la nación con tierras en dos continentes detuvieron sus operaciones.
Durante marzo pasado la llamada ‘tormenta del dragón’ dejó una veintena de muertos en Egipto.
El país árabe de 101 millones de habitantes transita actualmente por la estación invernal, luego de un sofocante verano, cuando los termómetros rozaron los 45 grados Celsius en áreas del Alto Egipto (al sur de El Cairo), lo que unido a la escasa humedad aumenta la sensación de calor.
El récord de temperatura máxima es de 50 grados Celsius.
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