Tras continuadas labores de escombreo, reubicación de pobladores, desminado de edificaciones y vías de comunicación por casi dos años, en enero del 2018 se asignaron por el Gobierno central 36 mil millones de libras (cerca de 30 millones de dólares) para la rehabilitación de servicios básicos. Entre diciembre y todo el 2018, comenzó la reconstrucción de escuelas, centros sanitarios, redes de agua y electricidad, y de los polígonos industriales afectados, así como la evaluación para rehabilitar el casco histórico de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad desde 1986.
El plan que se puso en marcha llegó en total a unos 60 mil millones de libras sirias (unos 50 millones de dólares), incluida la vuelta a la producción de la central de transformación de energía eléctrica en Bustan al Qasr, la principal en la región.
La ciudad, con más de dos millones de habitantes en el 2016 y un área de 190 kilómetros cuadrados, es cabecera de la provincia de igual nombre, a 350 kilómetros de Damasco y a unos 45 del puesto fronterizo con Turquía de Bab Al Hawa.
Los fuertes enfrentamientos con grupos terroristas desde el 2012 provocaron grandes destrucciones, entre ellas las del casco histórico de la ciudad, y el desmantelamiento y saqueo de no menos de mil instalaciones industriales, escuelas y centros de salud.
Actualmente, los planes estatales, con el respaldo de instituciones de Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales como la Fundación Aga Khan, entre otras, permiten un renacimiento perceptible.
Renacen la producción de zonas industriales rehabilitadas y la actividad de centros docentes de las diversas enseñanzas que abarcan no solamente a la ciudad cabecera sino a toda la provincia de 18 mil kilómetros cuadrados y más de tres millones de habitantes.
Paulatinamente, reabren zocos (mercadillos tradicionales árabes) como el de Al-Medina en el corazón de la urbe, considerado el mayor mercado histórico cubierto en el mundo, con una longitud aproximada de 13 kilómetros.
También la emblemática biblioteca de la ciudad atiende a citadinos visitantes, mientras los principales sitios arqueológicos circundantes reabren igualmente al público.
La batalla por Alepo, cuyos sitios habitados comprobados datan del año mil 800 antes de nuestra era, resultó la mayor en los casi 10 años de guerra impuesta a Siria.
Dicha acción definió en el terreno, el afán por preservar la unidad de la nación y reconstruir los daños causados que representan cerca de 500 mil millones de dólares a la economía de este país del Levante.
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