El hecho este fin de semana en la sureña región Laderas del Norte ‘es atroz y en general uno de los peores de los últimos 100 años’, estimó el biólogo Diego Méndez, asociado al Museo Nacional de Historia Natural.
Los estudiosos estiman que en Bolivia viven unos mil 400 cóndores, unos 150 de ellos en Tarija, por lo que la muerte de esos ejemplares por tóxicos usados contra depredadores significa el 2,4 por ciento del total.
De acuerdo con Méndez, la situación asume mayor gravedad porque la tasa de reproducción de esa especie es una de las más bajas, con un huevo por padres, cuya cría alcanza su madurez sexual a los ocho años.
‘Al menos una generación de esas aves desapareció, los cóndores nacidos hace al menos ocho años murieron ahora. Una mitad eran adultos y los otros próximos a su madurez sexual para buscar pareja’, lamentó el investigador.
Méndez consideró que el hecho, ahora investigado por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, ‘crea un desbalance muy crítico para la población de esas aves, que recorren desde ocho mil hasta 80 mil kilómetros’.
El especialista recordó que en 2018, en Mendoza, Argentina, pereció otra cantidad similar de cóndores, también envenenados por químicos de la población comunal contra otros animales que acechan a sus rebaños.
El cóndor (Vultur gryphus) está en la categoría de vulnerable de extinción a nivel nacional, por lo que eventos como el de Tarija empujan más a la especie hacia peores categorías, precisó el estudioso.
Méndez recordó que los aymaras y quechuas bolivianos consideran al cóndor ‘el hermano mayor de los animales, el mensajero del Sol’.
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