Al intervenir en una sesión del Consejo de Derechos Humanos dedicada a la prevención del genocidio, el diplomático afirmó que el cerco impuesto a Cuba desde hace seis décadas constituye un delito de esa naturaleza, a partir de lo recogido en la Convención de 1948, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El bloqueo viola de manera masiva, flagrante y sistemática los derechos humanos de los cubanos, y califica como un acto de genocidio a tenor de la Convención para la Prevención y Sanción del mismo, subrayó el representante permanente de la nación caribeña.
De acuerdo con Quintanilla, esa política de Washington es también un obstáculo para el desarrollo socioeconómico de la isla y para la cooperación internacional en todas las áreas, incluyendo las humanitarias.
‘El bloqueo se ha recrudecido a niveles sin precedentes en plena pandemia de la Covid-19, reforzando así su naturaleza criminal y genocida’, denunció.
Bajo la administración del expresidente Donald Trump (2017-2021), Estados Unidos aplicó más de 230 medidas destinadas a recrudecer el cerco, entre ellas la incorporación de Cuba a la lista unilateral de países promotores del terrorismo, decretada apenas unos días antes del fin del mandato del magnate inmobiliario en la Casa Blanca.
A propósito de esta última decisión, Quintanilla expresó en el Consejo de Derechos Humanos un rechazo absoluto, y reiteró que el país caribeño repudia el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, por quien quiera, contra quien quiera y donde quiera que se cometa.
Cuba ha sido víctima del flagelo, incluido el terrorismo de Estado cometido por gobiernos estadounidenses o por individuos u organizaciones que radican u operan desde esa nación norteña con total impunidad, manifestó.
El embajador ratificó además el respaldo de la isla a los esfuerzos internacionales en la prevención de casos de genocidio, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad.
Para prevenir dichos crímenes, resulta esencial atacar las causas profundas y estructurales de los conflictos, como el injusto orden internacional impuesto al mundo por los poderosos, y su peligrosa costumbre de interferir en los asuntos de otros países y regiones por intereses geopolíticos, advirtió.
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