Desde exóticas rosas hasta pociones infalibles para conquistar corazones, esta fecha es aprovechada por comerciantes y buscavidas que hacen su agosto con la venta de flores y artículos entre románticos y eróticos.
Los días previos al 14 de febrero se vende mejor todo tipo de fruslerías vistosas, cursis pero propicias, chocolates en todas sus variantes, y flores para escoger: rosas, gladiolos, anturios, aves del paraíso, claveles y más.
También suben las ventas de peluches, cosméticos, ropa interior o elixires afrodisiacos, y entre compañeros de trabajo y escuela proliferan los ‘Amigo Secreto’, como pretexto para regalarse cualquier detalle de afecto.
Pero quienes sufren mal de amores también buscan alternativas esotéricas y místicas para robarse un corazón, ‘amarrar’ a la pareja casquivana o desatar la líbido ajena a golpe de feromonas mágicas.
Así, proliferan los baños de ‘Quiéreme siempre’, ‘Ven a mí’ y ‘Miel de Amor’, o los polvos de ‘Jala jala’ para activar las camas, puro placebo barato al que más de uno se aferra, por fe o por desespero.
En esas peculiares boutiques, entre velas aromáticas, amuletos, inciensos y supercherías varias, reina el Hermano San Simón, santo apócrifo que nunca falla si le tienen confianza y es perfumado con aguardiente y tabaco.
Por cierto, en esos puestos también se hacen limpiezas espirituales para quienes se creen –o quieren creer- que aquellos buscavidas de verdad tienen la fórmula para espantar la pobreza, curar lo incurable o conjurar el amor eterno.
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