‘Estamos ante una epidemia’, anunció el director general de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria, Sakoba Keita, tras una reunión sobre la emergencia en la capital.
Muy temprano esta mañana el laboratorio de Conakry confirmó la presencia del virus del Ébola, añadió el directivo.
Igualmente, señaló que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dispuso una asistencia rápida para enfrentar la enfermedad, que puede causar hasta 90 por ciento de letalidad.
La alarma comenzó la víspera tras confirmarse siete casos de ébola, tres de ellos fallecidos, en la localidad de Goueke, en el sur guineano fronterizo con Sierra Leona, Liberia y Costa de Marfil.
Se trata de los primeros fallecimientos en un lustro en este país, que fue epicentro de la mayor epidemia de la enfermedad de 2013 a 2016 con más de 11 mil 300 decesos, incluidos más de dos mil 500 aquí. Liberia y Sierra Leona también fueron gravemente afectadas.
La Agencia rastreó los contactos hasta el funeral de una enfermera, que murió a finales de enero pasado con síntomas de la dolencia.
Los siete casos ahora reconfirmados estuvieron en el entierro el pasado día 1 en Goueke, cercana a la ciudad de N’Zerekore (sureste).
El virus del Ébola, descubierto en 1976 en Zaire (actual República Democrática del Congo), provoca fiebre, vómitos y diarrea graves y se contagia por contacto con sangre y fluidos corporales (heces, saliva, sudor y esperma). Hasta ahora no existe una cura específica.
Kinshasa reportó el pasado día 7 al menos tres casos en uno de los epicentros de su anterior epidemia (la oncena hasta noviembre del año pasado): en la provincia oriental de Kivu del Norte.
En tanto, el presidente de Liberia, George Weah, ordenó a los trabajadores de la salud fortalecer la vigilancia.
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