El presidente de la República, Aleksandar Vucic, tras poner de relieve la significación pasada, presente y futura de las dos efemérides patrias, entregó órdenes, medallas y otras distinciones a destacadas personalidades e instituciones, entre ellas varios extranjeros.
El vicepresidente del gobierno de la Federación Rusa, Yuri Borisov, quien llegó hoy en visita oficial, recibió la Orden República de Serbia con cinta.
Idéntica distinción le impuso a Prokopis Pavlopulos, expresidente de Grecia.
Al patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill, se le otorgó la Orden República de Serbia con gran collar por sus destacados servicios en el desarrollo y fortalecimiento de relaciones de amistad y cooperación entre los dos estados y pueblos.
La Orden Estrella de Karadjordje de primer grado, la recibieron la cantante de ópera Jadranka Jovanovic; el director de cine Predrag Gaga Antonijevic y varias personalidades más de la cultura, en tanto la de segundo y tercer grados se impuso a destacados médicos y artistas.
El ministro de Asuntos Exteriores de Chipre, Nikos Christodoulides, fue galardonado con la Orden Bandera Serbia de primer grado, así como también el Instituto de Investigaciones Genéticas de Beijing.
Vucic impuso la Orden Sretenje a varias instituciones, actores y escritores, entre ellos al director cinematográfico y músico Emir Kusturica, quien habló en nombre de los condecorados.
Los serbios conforman una de las pocas naciones en el mundo que nunca fue sometida y ese es uno de los mayores valores que atesoramos, afirmó.
Esta orden, remarcó, es el símbolo de una revolución que, desde entonces, emergió en forma de principado, monarquía o república que nunca ha sido completamente conquistada.
El acto central estatal, como cada año, se realizó en la localidad de Orasac, donde se proclamó la insurrección contra los turcos y Djordje Petrovic, conocido como Kara Djordje (el negro George) fue elegido su conductor, el 15 de febrero de 1804.
La primera ministra, Ana Brnabic, expresó que, inspirado en el espíritu de aquella gesta, su país ocupa un lugar de liderazgo en el mundo por el enfrentamiento con sus propias fuerzas contra la pandemia de la Covid-19 y su voz y opinión son respetadas.
Afirmó que Serbia es ahora más fuerte y un sitio mejor para vivir incluso en estos tiempos difíciles y añadió que sus antepasados estarían orgullosos de cómo lucha con sus recursos y conocimientos.
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