En las conclusiones del ministerio público se consideró probado que ‘estos tres hombres habían sido asignados como personal operativo del Estado Islámico (EI) para una operación (que) era inminente’, y que debía haberse cometido en diciembre de 2016.
Para los dos ciudadanos franceses, Hicham Makran y Yassine Bousseria, la fiscalía solicitó 20 y 22 años de prisión respectivamente, y la pena máxima de 30 años de prisión contra el marroquí Hicham El-Hanafi, de 30 años, calificado como ‘el soldado más fiel’ del EI.
Los tres fueron detenidos en noviembre de 2016, con pocas horas de diferencia, en Marsella y Estrasburgo, gracias a la información facilitada por un agente de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) infiltrado en la organización yihadista.
Este agente viajó hasta la zona de Irak y Siria controlada por el EI y consiguió que altos mandos del grupo terrorista le confiaran el envío de una partida de armamento para Francia donde una célula clandestina se haría cargo de ellas.
Las coordenadas GPS donde fueron escondidas las armas, en un bosque al norte de París, fueron facilitadas al EI en Siria, y posteriormente encontradas en los teléfonos móviles de los tres acusados, los cuales ‘demostraron el más alto nivel de compromiso yihadista’, dijo uno de los fiscales.
El juicio, que comenzó en 1 de febrero, encara hoy la recta final con el alegato de los seis abogados defensores de los acusados, mientras que para mañana se prevé que el tribunal emita la sentencia.
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