Dirigida al presidente Joe Biden, al Congreso y pueblo estadounidenses, la misiva exige el levantamiento del asedio por casi seis décadas y corresponder de esta forma a las normas internacionales sobre el respeto mutuo y las leyes internacionales para la convivencia pacífica de los pueblos.
Al respecto afirma que ‘la acentuada interdependencia entre los pueblos en un mundo globalizado exige la no agresión unilateral por parte de países económica y militarmente más poderosos contra otros pueblos para someterlos a bloqueos unilaterales, sanciones y coercitivas medidas’.
Las asociaciones de amistad indican que en medio de la devastación causada por la pandemia de la Covid-19, resulta ‘imperativo levantar la polifacética guerra económica, financiera y comercial contra el hermano pueblo de Cuba’.
Recuerdan que son seis décadas de horror, que, a pesar de sus diferentes y perversos refinamientos, no puede romper la determinación inquebrantable de su pueblo, pero provoca daños en su desarrollo, pérdida de vidas humanas por acciones terroristas organizadas por grupos mercenarios radicados en Miami.
El contenido destaca, asimismo, que durante el último año el trabajo de los médicos cubanos del contingente Henry Reeve llevó salud y solidaridad a más de 40 naciones de todos los continentes, no obstante la intensificación del bloqueo y las sanciones extraterritoriales contra terceros países.
Resalta que durante los últimos 27 años la Asamblea General de la ONU, incluyendo a la mayoría de los principales aliados de Estados Unidos, votaron por el levantamiento de esa política ‘injusta e inhumana, verdadera vergüenza para la humanidad’ ante lo cual Washington queda aislado de la comunidad internacional.
El mensaje insiste en que el movimiento continental de solidaridad con Cuba reclama ‘la anulación de las leyes Torricelli y Helms-Burton, sacar de inmediato a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y de la Ley de Comercio con el Enemigo’.
Lo anterior, acentúa, permitirá restablecer relaciones políticas y económicas legítimas sin presiones ni injerencia alguna, basadas en el respeto mutuo y las leyes internacionales para la convivencia pacífica de los pueblos.
mgt/ocs