Este es el noveno aterrizaje exitoso de 10 intentos hechos por la NASA en la superficie marciana, enfocado en recolectar muestras de rocas para devolverlas a la Tierra, donde serán investigadas a fin de hallar signos de vida y pistas sobre el pasado clima cálido y húmedo del planeta rojo.
‘Aterrizaje confirmado. Perseverance está a salvo en Marte’, expresó el ingeniero de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial estadounidense, Swati Mohan.
Poco después del anuncio, una cámara devolvió la primera imagen en blanco y negro, mostrando polvo, rocas y la sombra del rover sobre la superficie.
La llegada se localizó a unos dos kilómetros al sureste del delta fosilizado de Jezero, un lugar plano seguro, luego de sumergirse a través de la atmósfera marciana a temperaturas de hasta mil 300 grados Celsius.
Para lograr esa hazaña, explicaron los expertos, el rover desplegó un paracaídas del tamaño de una cancha de baloncesto mientras se acercaba a su zona de aterrizaje de siete kilómetros de ancho.
Después de identificar un refugio seguro, libre de dunas y rocas, se separó junto a su grúa aérea, del paracaídas.
Al final de su misión principal prevista para dos años, el equipo tiene como objetivo recolectar al menos 20 muestras de rocas y es probable que la primera perforación la realice este verano, afirmó Ken Farley, científico del proyecto de la misión y geólogo del Instituto de Tecnología de California.
Antes de que el Perseverance pisara tierra firme, solo la antigua Unión Soviética pudo llevar un artefacto similar a la superficie de Marte en 1971, cuando su módulo de aterrizaje Mars 3 sobrevivió allí durante dos minutos.
China, cuya misión Tianwen-1 orbita en ese territorio hace una semana, intentará poner un rover y un módulo de aterrizaje en meses posteriores.
Además, los Emiratos Árabes Unidos lanzaron la sonda Hope a las inmediaciones del planeta rojo desde el pasado día 9, la cual estará allí al menos un año marciano, que equivale a 687 días.
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