La televisión pública RTS ofreció imágenes de la ceremonia fúnebre en la que, además de la familia, solo asistieron funcionarios de la capital de la provincia autónoma de Vojvodina y una agrupación de Tamburasi (intérpretes de la tambura, un instrumento músical tradicional) que desgranó algunas canciones del fallecido.
Al mismo tiempo, se trasmitieron las veladas en Sarajevo, Skopje, Zagreb, Pula, Kotor y otras ciudades de los Estados que conformaron la antigua Yugoslavia, con miles de personas que le dieron el último adiós de la manera en que lo conocieron y amaron: a través de su música.
Balasevic, el marinero de la Panonia (en referencia a una de sus canciones inspirada en la historia sobre la existencia de un mar donde ahora se extiende esa gran llanura), falleció en un hospital de Novi Sad el viernes, donde había ingresado tres días antes con neumonía y síntomas de la Covid-19.
Aún sin cumplir los 68 años (nació el 11 de mayo de 1953), era probablemente el cantautor más gustado por varias generaciones, a juzgar por la diversidad de grupos etarios que acudía a sus conciertos, siempre masivos, repletos e íntimos, debido a sus canciones a la vida, la historia más reciente, la política.
Comenzó su carrera musical en 1977 al integrar la banda pop-rock Zetva (Cosecha), y más tarde en otra agrupación del mismo género, Rani Mraz (Helada precoz), que al disolverse le mostró el camino para convertirse en solista favorito de un público entusiasta, que con solo escuchar los primeros acordes y la primera estrofa lo coreaba.
Rock, chanson y folk- fusión, campo en el que brilló como nadie, se combinaron con letras románticas y también burlescas, con aguzado abordaje de temas sociales del acontecer nacional.
Mañana, los habitantes de Novi Sad toda, que declaró hoy Día de Duelo, se volcarán a las calles para rendirle un multitudinario tributo póstumo con velas, antorchas, flores y sus canciones, a orillas del río Danubio.
Podgorica, capital de Montenegro, será escenario de un gran acto público el 11 de mayo, cuando Balasevic cumpliría 68 años.
Diarios, revistas, canales de televisión de esta región de Europa se unieron hoy en causa común tras décadas de tirantez y litigios, para decirle adiós a quien califican del último gran bardo de estos lares.
‘Nos unió con la emoción, los versos, la sonrisa y por eso su partida es tan dolorosa’, escribió un lector.
‘Creo que Yugoslavia murió justo hoy. Junto con Djolet…’, opinó otro, utilizando la forma cariñosa de su nombre.
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