‘No puede ser que exista una ley de secretos oficiales mediante la cual se pueda ocultar lo que realmente pasó’, declaró Iglesias a periodistas al acudir a la conmemoración de los 40 años de la frustrada asonada militar.
Escenario de esa intentona golpista, el Congreso de los Diputados celebró este martes una ceremonia solemne en la cual intervino el rey Felipe VI y en la que el gran ausente fue su padre, el exmonarca Juan Carlos I, considerado clave para abortar aquella sedición.
Felipe VI aprovechó su breve discurso para ensalzar el papel desempeñado por su progenitor, quien desde agosto pasado se exilió en Emiratos Árabes Unidos ante las crecientes sospechas sobre el origen opaco de su fortuna, investigadas por la justicia.
El vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos (UP) confesó que le hubiese gustado más que, en lugar de celebrar ‘actos suntuosos’, se hiciese pública toda la documentación sobre el golpe.
Si bien la monarquía constitucional pudo ser la manera de que los militares transigieran con la democracia entonces, cuatro décadas después es muy difícil decir que ‘la monarquía sea condición de posibilidad de la democracia’, reflexionó Iglesias.
Según su criterio, el fracaso de la conspiración de los militares sublevados reveló que una parte del Ejército ‘no respetaba la democracia, pero sí respetaba al Rey, y, por lo tanto, si los españoles querían democracia, tenían que aceptar al Rey’.
Esa ‘condición de posibilidad’ de la democracia ha desaparecido hoy, añadió el político de izquierda, quien reivindicó, ‘desde la calma y la mesura’, promover el debate sobre la forma de Estado.
‘Se abre camino de manera cada vez más inequívoca un horizonte republicano’, valoró Iglesias, quien enfatizó que UP participa por respeto institucional en actos como el de este martes presidido por el monarca, aunque sin callar lo que piensa.
Unidas Podemos pidió que este 23 de febrero no se utilice para hacer una salvación mítica del pasado ni para blanquear a los nostálgicos de la dictadura del general Francisco Franco (1939-1975), quien en 1969 designó a Juan Carlos de Borbón como su sucesor.
En su lugar, la alianza de izquierda demandó que se reconozca que la democracia española es imperfecta y debe perfeccionarse.
‘Aquel intento de golpe de Estado tuvo un objetivo claro, atemorizar a la ciudadanía para que no pidiera más y mejor democracia’, juzgó el diputado de UP Gerardo Pisarello.
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