La decisión la tomó el pleno del CNE, teniendo en cuenta un informe técnico jurídico con observaciones operativas y reglamentarias que impiden realizar la auditoría.
Asimismo se sustenta en un convenio relacionado con el sistema informático electoral suscrito entre ambas instancias en agosto de 2020, que suspende análisis en esa área hasta el final oficial de las justas generales, cuya segunda ronda está fijada el venidero 11 de abril.
‘No es procedente el pedido de hacer una auditoría en medio de un proceso electoral porque se pondría en riesgo el calendario electoral y la ejecución de la segunda vuelta’, indica un boletín de prensa del ente.
Al respecto, acotó que cualquier actividad de control se deberá realizar una vez concluido todo el proceso, con lo cual estuvieron de acuerdo el consejero José Cabrera y el vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, Enrique Pita.
Sin embargo, Luis Verdesoto sí consideró viable previo al balotaje y mencionó algunos parámetros, que, a su juicio, permitirían la revisión en máximo de siete días.
La petición de auditoría al sistema de escrutinio y resultados del CNE la hizo específicamente el contralor general, Pablo Celi.
La acción fue ampliamente criticada a nivel nacional y a juicio de algunos constituyó parte de un intento de obstaculizar la realización de la segunda vuelta presidencial, a la cual pasaron el candidato Andrés Arauz, del movimiento progresista Unión por la Esperanza, y Guillermo Lasso, de la alianza de centro-derecha CREO.
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