Según el artículo de la cadena televisiva CNN, los investigadores alertaron que dicha variante porta mutaciones encargadas de ayudarla a evadir la respuesta inmune natural, así como algunos efectos de tratamientos con anticuerpos monoclonales.
Denominada B.1,526, aparece en personas afectadas en diversos vecindarios de la ciudad de Nueva York, y está dispersa en el noreste, explicaron expertos del Centro Médico de la Universidad de Columbia.
Señalaron, además, que una de sus mutaciones coincide con las de la variante identificada en Sudáfrica.
La que más preocupa a los investigadores se llama E484K presente en al menos 59 linajes diferentes de coronavirus, lo cual evidencia un desarrollando de forma independiente en un proceso conocido como evolución convergente, detallaron.
‘Observamos un aumento constante en la tasa de detección desde finales de diciembre hasta mediados de febrero, con un aumento alarmante al 12,7 por ciento en las últimas dos semanas’, señala el informe de los investigadores.
Aunque los datos aún no aparecen en ninguna revista específica sobre el tema, los expertos explican que prontose conocerán los detalles de esta variante, la última de un número creciente encontradas en Estados Unidos, país más afectado en el mundo por la pandemia.
Es ‘de cosecha propia, presumiblemente en Nueva York’, puntualizó a CNN, David Ho, director del Centro de Investigación del Sida Aaron Diamond en Columbia, quien dirigió el equipo del estudio.
Otro equipo del Instituto de Tecnología de California anunció que desarrollaron una herramienta de software, con la cual también descubrieron el aumento de B.1,526 en Nueva York.
Esta semana, varios centros de investigaciones estadounidenses informaron sobre otra variante que parece estar en aumento en California, y puede ser más contagiosa, y causar una enfermedad más grave.
Con el nombre de B.1,427/B.1,429, esta tiene un patrón de mutaciones diferente al de las que se vieron por primera vez en Reino Unido (B.1,1.7 o B.1,351) y una mutación, llamada L452R, encargada de afectar la proteína de pico del virus, que es la parte que se adhiere a las células que infecta el virus.
Un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que hasta este 23 de febrero se identificaron más de 590 mil secuencias de SARS-CoV-2 a nivel mundial y nuevas variantes de posible interés o preocupación emergen continuamente.
Ante esa situación, la OMS afirma que se requieren más investigaciones para comprender mejor la importancia de mutaciones específicas y las adaptaciones y evolución del SARS-CoV-2. mgt/cdg