Begum se trasladó a Siria en 2015 cuando tenía 15 años de edad, en compañía de otras dos adolescentes, y se casó con un miembro de la organización que luchaba por implantar un califato en esa nación árabe, y con quien tuvo tres hijos que murieron poco después.
La joven saltó a la primera plana de los diarios en febrero de 2019 tras ser identificada por un periodista en uno de los campamentos donde se ubicaron a las familias de los terroristas, y expresó su deseo de regresar a Reino Unido.
El entonces ministro del Interior, Sajid Javid, decidió retirarle la ciudadanía británica debido que, según dijo, representaba un riesgo para la seguridad nacional.
La ‘novia del EI’, como le llama la prensa local, apeló la decisión del Gobierno y la corte de apelaciones consideró que tenía derecho a regresar para defenderse, pero ese veredicto fue revertido este viernes por el tribunal supremo.
Al dictar su sentencia, el juez de la máxima instancia judicial británica Robert Reed consideró que lo mejor será que Begum detenga su batalla legal por la ciudadanía hasta que esté en una posición más segura para poder participar en la apelación.
La organización de derechos humanos que llevó el caso ante la Corte Suprema alertó, sin embargo, que el veredicto de Reed sienta un precedente muy peligroso.
Este enfoque no es justo, y constituye una distracción cínica para tratar de ocultar el fracaso de la estrategia antiterrorista, y es, además, otro ejemplo de la indiferencia del Gobierno hacia el acceso a la justicia y la ley, afirmó Rosie Brighouse, abogada de Liberty, citada por la cadena BBC. Reprieve, otra organización defensora de los derechos humanos, alegó, por su parte, que se trata de una táctica cínica para pasar a otros la responsabilidad sobre Begum.
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