Según el indicador adelantado este viernes por el organismo oficial, en ese comportamiento de la inflación influyó la bajada de los precios de la electricidad -cayeron más que en febrero del pasado año-, y de los paquetes turísticos, con un incremento menor al anotado en 2020.
Por el contrario, los carburantes y combustibles se encarecieron este ejercicio cuando en febrero del pasado se abarataron, lo cual presionó al alza del IPC, indicó el INE.
De confirmarse este dato el próximo 12 de marzo, los precios habrían frenado la subida experimentada en enero último ante el fuerte encarecimiento de la electricidad, su primer incremento interanual desde febrero de 2020, pues en marzo el índice quedó en cero.
Los precios entraron en terreno negativo en abril del ejercicio precedente, arrastrados por la crisis económica derivada de la pandemia de la Covid-19 y el estricto confinamiento de la población dictado a mitad de marzo.
En tasa mensual (febrero sobre enero), el IPC bajó un 0,6 por ciento, su primer retroceso mensual desde julio y la mayor caída en un mes de febrero desde 1969, subrayó la oficina estadística.
Por su parte, el índice de precios de consumo armonizado -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona euro- se situó en el 0,1 por ciento negativo en términos interanuales, cinco décimas por debajo del de enero.
La inflación subyacente -que no incluye los precios de componentes más volátiles como los alimentos no elaborados y la energía- se ubicó en el 0,3 por ciento, tres décimas por encima del IPC general y tres décimas por debajo de la tasa de enero (0,6 por ciento).
El objetivo del Banco Central Europeo es mantener en el conjunto de la Eurozona una inflación ligeramente inferior al 2,0 por ciento, el nivel considerado como óptimo por la entidad emisora para favorecer la inversión y el empleo.
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