‘En esta lucha nos lo jugamos todo, el progreso, la decencia como país e incluso el crecimiento económico’, advirtió Sánchez en un acto institucional con motivo del Día Internacional de la Mujer, junto a la ministra de Igualdad, Irene Montero.
‘La del feminismo es una lucha colectiva, no solo de las mujeres. Debe ser la lucha de todas y especialmente de todos; estamos hablando de derechos humanos y en esta lucha no sobra nadie, todos son bienvenidos’, resaltó el mandatario.
El político socialdemócrata subrayó cómo en la discriminación de género se superponen otras muchas segregaciones, como el color de la piel, la situación socioeconómica, la edad, la orientación sexual o la discapacidad.
Por eso, el feminismo lo atraviesa todo y construye sociedades más justas para todos, porque no deja desequilibrio por igualar, opinó Sánchez, cuyo Partido Socialista gobierna en coalición con la alianza izquierdista Unidas Podemos.
Reconoció que la crisis social y económica provocada en el último año por la pandemia de la Covid-19 profundizó más en las desigualdades, al agrandar las brechas de género y haciendo más angustiosas sus consecuencias sobre las mujeres.
En otro tramo de su discurso avisó sobre la ‘amenaza temible’ de la reaparición de la ultraderecha ‘con su discurso de odio y su machismo descarnado’, que no se limita a frenar avances, sino a propugnar una vuelta atrás, a las épocas de la inferioridad de las mujeres, denunció.
El machismo es una desigualdad estructural que nos exige medidas contundentes, porque a la mitad de nuestra sociedad se le arrebata o recorta la libertad, la igualdad o la dignidad por el simple hecho de ser mujer, manifestó.
A su turno, la ministra de Igualdad expresó que España debe seguir siendo un referente internacional de políticas públicas feministas.
Montero reivindicó los derechos de las mujeres, unos derechos que nunca se deben dar por adquiridos, pues bastará una crisis política, económica o religiosa para que estos vuelvan a ser cuestionados, alertó.
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