La pesquisa mostró que el 38 por ciento de los hispanoamericanos encuestados dijo que ellos o alguien de su familia fueron despedidos durante la pandemia, mientras que el 29 por ciento de los negros corrió igual suerte.
Eso marca un contraste con el 21 por ciento de los estadounidenses blancos, quienes respondieron que ellos o alguien en su hogar fueron cesados debido a la pandemia.
El sondeo encontró que el 62 por ciento de los hispanoamericanos y el 54 por ciento de los negros afirmó haber perdido algún tipo de ingreso familiar durante la mortal enfermedad, incluyendo la pérdida de empleo, recortes salariales, reducción de horas y permisos no remunerados.
Mientras apenas el 45 por ciento de los estadounidenses blancos sufrió igual contrariedad.
El muestreo descubrió que cerca de seis de cada 10 hispanos y cerca de la mitad de los estadounidenses negros manifestaron que la pérdida de ingresos tuvo algún tipo de impacto en su situación financiera, en comparación con cuatro de cada 10 estadounidenses blancos.
La encuesta se realizó a mil 434 adultos entre el 25 de febrero y el 1 de marzo y tiene un margen de error de +/- 3,4 puntos porcentuales.
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