La diplomática escribió en su página de Facebook que la censura de materiales provocará restricciones regulatorias sobre las actividades de estas empresas en todo el mundo.
En particular, se refirió a la limitación desde este viernes del acceso al documental de Andrei Kondrashov ‘Crimea. El camino a casa’, publicado en la red social YouTube.
La red social estadounidense marcó la película como contenido que contiene ‘materiales que pueden asustar o escandalizar a algunos usuarios’.
También puso de ejemplo el bloqueo parcial a la página del canal de televisión Crimea-24 en Instagram, en vísperas del aniversario de la reunificación de Crimea con Rusia.
‘Las plataformas se han vuelto locas. Ni siquiera se trata de las implicaciones políticas de las acciones de las empresas de las telecomunicaciones y de la información estadounidenses, que siguen los lineamientos de Washington. La situación es más complicada’, apuntó.
‘Esto es un callejón sin salida semántico y tecnológico’, subrayó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Aseguró que mientras más material ‘políticamente inconveniente’ sea retirado de la circulación de internet y censurado, ‘se introducirán restricciones regulatorias más rápidas y estrictas sobre las acciones de esas plataformas en todo el mundo’, indicó.
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