Para sofocar las llamas en el coloso, ubicado en el departamento de Sololá, varios helicópteros y avionetas fumigadoras lanzan agua, mientras en tierra otro personal lucha por el control de cuatro focos, actualmente al 75 por ciento.
Sin embargo, las condiciones climáticas de los últimos días impiden su liquidación total, informó la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
David de León, portavoz de esta entidad, confirmó que 193 personas trabajan en los flancos noreste y sureste, y esperan apagar completamente el fuego, aunque el fuerte viento en la zona y la nubosidad podrían demorar las acciones.
Hasta ahora, la Conred y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) estiman unas 200 hectáreas dañadas, entre pasto y árboles de diferentes especies, con impacto en la biodiversidad del lugar, donde está enclavado el famoso lago del mismo nombre y uno de los destinos turísticos más visitados por guatemaltecos y extranjeros.
El 9 de marzo, el Conap aseguró que están en peligro, además, reservas naturales del Estado y privadas que son hábitats del ave nacional, el quetzal, en peligro de extinción, así como de diferentes tipos de orquídeas.
También se teme por el pavo de cacho, el venado de cola blanca y el puma, entre otros ejemplares de la fauna local.
Desde el inicio de la actual temporada de incendios (2020-2021), en noviembre pasado, suman 111 los de tipo forestal y 88 de otro carácter.
En total, las llamas consumieron 628,21 hectáreas, de acuerdo con datos proporcionados por la Conred.
Guatemala, Zacapa y Huehuetenango son los departamentos más reincidentes.
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