Según los expertos, el año último resultó difícil para la producción audiovisual en la nación suramericana por la pandemia de Covid-19 y las malas decisiones asumidas por el gobierno de facto, entre ellas, la cancelación del Fondo de Financiamiento de Fomento al Cine.
En paralelo y, desde iniciativas privadas, continuó el impulso de la plataforma de streaming Bolivia Cine, similar al popular servicio estadounidense Netflix, y con emblemáticos filmes de ese país como ‘Mi socio’, ‘Los hermanos Cartagena’ y el ‘Atraco’, del director Paolo Agazzi.
Otros títulos presentes son: ‘Jonás y la Ballena Rosada’ y ‘American Visa’, de Juan Carlos Valdivia; ‘Quién mató a la llamita blanca’, de Rodrigo Bellot; ‘El viejo Calavera’, de Kiro Russo y ‘Las Malcogidas’, de Dennise Arancibia.
Creada hace dos años por los cineastas Ariel Soto y Álvaro Olmos, ese espacio virtual incluye los cortometrajes ‘Birlochas’, de Luis Borda y ‘Armas de Casa’, de Zenobia Machicado; también largometrajes, documentales y una sección de cine latinoamericano.
Bolivia Cine, creada el 21 de marzo, comprende hasta la fecha 80 largometrajes, 20 cortometrajes y más de 12 cintas de la región, propuestas que continuarán en aumento, pues ya existen alianzas con distribuidoras de películas de los países vecinos.
El 20 de diciembre de 2018, bajo la gestión del entonces presidente Evo Morales, surgió la propuesta de la Ley 1134 del Cine y Arte Audiovisual Bolivianos, con el propósito de adoptar políticas, instrumentos y mecanismos de acción para fomentar, desarrollar, proteger y promocionar la actividad cinematográfica.
Durante la crisis política de noviembre de 2019, la administración golpista clausuró el Ministerio de Culturas y esa regulación permanece en la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas.
El nuevo gobierno presidido por Luis Arce restituyó esa cartera y retomó el trabajo de reglamentación en sus cuatro componentes principales: licencias, registro y certificaciones, fondo de fomento, tasa de transferencia y cuota de pantalla.
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