En el marco del seguimiento de las historias de víctimas de la dictadura y de la Operación Cóndor, en un bibliorato con copias de documentos afloró una carta enviada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela en 1977 al doctor Pedro Rincón Gutiérrez, rector de la Universidad de Los Andes, Mérida.
En la misiva se solicitaba información sobre el estudiante venezolano Jaime José Colmenares Berrios, quien se encontraba desde hacía un tiempo estudiando en Buenos Aires y sobre el que se había perdido todo contacto.
Rincón Gutiérrez y ‘distinguidas personalidades merideñas’ pidieron al entonces ministro de Relaciones Exteriores, Simón Alberto Consalvi, información sobre el alumno y en respuesta este escribió:
‘Deploro comunicarle que a solicitud de esta cancillería hecha por vía cablegráfica, la embajada de Venezuela en Argentina informó que Jaime José Colmenares Berrios falleció en un enfrentamiento con fuerzas policiales de la República Argentina, simultáneamente con su cónyuge, Cristina Bettanin’.
Señalaba asimismo Consalvi que ‘nuestra embajada en su información dice que el señor Jaime José Colmenares Berrios estaba sindicado como perteneciente a ‘la agrupación extremista’ Montoneros’. El enfrentamiento armado a que hace referencia la misión diplomática habría ocurrido el pasado 2 de enero en Buenos Aires’.
Por último, la comunicación aludida indicó que, para el momento en que se suministró dicha información, ‘resultaba imposible hacer ninguna certificación absoluta sobre el particular’.
Y añadió que ‘el resultado de las gestiones posteriores hechas por la embajada de Venezuela en Argentina, en cumplimiento de instrucciones de esta cancillería, no han tenido éxito hasta el momento en el sentido de lograr una certificación oficial sobre la muerte (de Colmenares Berrios)’.
VÍCTIMAS DE LA DICTADURA ARGENTINA
En una investigación realizada por el escritor Roberto Baschetti sobre la lista de ‘Militantes del Movimiento Peronista Revolucionario: uno por uno’ víctimas de la dictadura, recuerda que Colmenares Berrios había nacido en Mérida, Venezuela, el 17 de octubre de 1949, a los 14 años empezó a estudiar arte en su país y por sus méritos como artista fue becado para estudiar fotografía en Argentina.
‘Llegó a Buenos Aires en febrero de 1969 y al poco tiempo conoció a Cristina Bettanin. Se enamoraron. Se casaron en 1971 y comenzó a trabajar como periodista fotográfico en diversos medios. Era entrador, alegre, simpático, conversador, eximio tomador de mate, algo robusto, grandote.
‘En 1973 consiguió trabajó -siempre en la fotografía-, en varios medios y en el diario de los Montoneros: ‘Noticias’. Allí asumió como propios los principios de esa organización revolucionaria peronista. Luego también colaboró en el Evita Montonera’.
Relata que era muy querido por sus compañeros y ‘fue secuestrado en Rosario (Barrio Gráfico) el 2 de enero de 1977 siendo visto en el Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario y a posteriori en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) hasta marzo de 1977; se cree que pudo haber sido nuevamente trasladado a Rosario hacia fines de 1978.
‘Luego se pierde su rastro. Según fuentes confiables murió en la tortura por ‘equivocación’: en lugar de rociarlo con agua para seguir con la sesión de picana, le tiraron alcohol’.
Cuando el dictador Jorge Videla arribó a Colombia en visita oficial en octubre de 1977, debió encontrarse para su disgusto con numerosas manifestaciones de estudiantes que pedían por la aparición con vida de Colmenares Berrios y una solicitada a toda página, por la misma razón, en los medios gráficos más importantes de aquel país, relata Baschetti.
En otro informe sobre el caso siguiendo la trayectoria de Colmenares Berrios se conoce que junto con Cristina Bettanin habían vivido en Venezuela y luego se trasladaron a Argentina, donde ambos trabajaron como reporteros gráficos.
Cristina trabajó en los diarios ‘Ya’ y ‘El descamisado’ además de ‘Noticias’ y El Diario’. Vivían en Rosario y en su casa estaba la imprenta de la revista ‘Evita Montonera’.
LAS INVESTIGACIONES
El 2 de enero de 1977, en la tarde, ’20 hombres con vestimentas del ejército y fuertemente armados, irrumpieron en la casa de la familia Bettanin ubicada en la calle 2 número 626, en el Barrio Gráfico de Rosario. Le ordenaron a la familia Bettanin, que estaba festejando el año nuevo, que salieran.
‘Al salir asesinaron allí mismo a Leonardo Bettanin, hermano de Cristina, la esposa de Colmenares Berrios y también a esta joven, aunque algunos sostienen que se tomó una pastilla de cianuro. Los militares se llevaron a Jaime y por otro lado a Olga Ferraro- la madre de Cristina y Leonardo- y a María Inés Luchetti, que estaba embarazada.
‘Las dos mujeres fueron liberadas luego de estar desaparecidas durante 10 meses. En mayo de 1976 el hermano de Cristina, Guillermo Bettanin y su esposa Letizia Jones fueron secuestrados y desaparecidos’.
Colmenares Berrios fue llevado primero al Servicio de Informaciones de la Jefatura de la Policía de Rosario, donde funcionaba un Centro Clandestino de detención y después fue visto en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Buenos Aires, el más grande Centro Clandestino en esos tiempos.
Como sucedía entonces, en los periódicos de la época figuraba como muerto en el enfrentamiento del 2 de enero de 1977, pero en realidad es evidente que si lo trasladaron a la ESMA -donde desaparecieron unas cinco mil personas- es porque pudo haber sido considerado como alguien a quien arrancarle información en el marco de la Operación Cóndor, es decir que hubiera sido información cruzada con la policía de su país.
Jaime José Colmenares Berrios figura en la lista de 172 periodistas desaparecidos durante la pasada dictadura militar, publicada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) en mayo de 2019 como un homenaje a todos ellos, reivindicando sus generosas vidas.
Esta historia trágica indica que sería importante entrar a algunos archivos en Venezuela sobre ese período histórico ya que, como se sabe, uno de los criminales más crueles de los grupos terroristas de cubanoamericanos de Miami, que sembraron el terror en Cuba y otros países de América Latina, Luis Posada Carriles, estaba infiltrado en la policía política (Disip) venezolana como ‘Comisario Basilio’.
Posadas Carriles murió en la impunidad protegido por Estados Unidos en mayo de 2018, en Miami. Estando en Venezuela planeó el atentado contra una aeronave de Cubana de Aviación, el 6 de octubre de 1976, cuyo resultado fueron 73 víctimas, entre ellos jóvenes atletas de Cuba y otros pasajeros de distintos países. Esto evidencia que aún quedan muchos rastros que seguir.
Otros venezolanos que pudieran haber estado en Argentina, estudiando o trabajando en ese período y que perdieron comunicación con sus familias, podrían haber corrido el mismo destino que Colmenares.
En los archivos de la Operación Cóndor hay referencias a solicitudes de información desde las dictaduras del Cono Sur -integrantes de esa coordinadora de la muerte- a la Disip. Pero ahora es el momento de rendir homenaje a un gran reportero fotográfico, secuestrado y desaparecido durante la más cruenta dictadura en Argentina.
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(*) Prestigiosa escritora, periodista y analista internacional argentina. Premio Latinoamericano de Periodismo ‘José Martí’ (1986).
