La petición firmada por el presidente del país, Alejandro Giammattei, y promovida por el ministro de Cultura y Deportes Felipe Aguilar, busca reconocer las tradiciones chapinas ante el mundo y contó con la colaboración activa de diversos equipos, instituciones y actores nacionales, precisó la Secretaría de Comunicación Social.
El comunicado destaca la declaración de la Semana Santa guatemalteca como Patrimonio Cultural Intangible de la Nación, el 4 de septiembre de 2008 según el acuerdo ministerial 560, por reunir la mayor diversidad sociocultural de este país.
En la argumentación exponen que es ‘una festividad cultural y religiosa altamente desarrollada en los 22 departamentos con presencia de cinco siglos’ y su presentación ante la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura ‘permitiría dar a conocer esta tradición como punto de encuentro de la mayoría de las culturas vivas’.
Esta celebración reúne múltiples representaciones de la cosmovisión maya, afrodescendiente y mestiza, reconoce el texto publicado en las redes sociales del Gobierno.
El expediente de propuesta resalta elementos como los cortejos procesionales, velaciones, huertos, alfombras, representaciones teatrales de la pasión de Cristo, conciertos de música sacra y marchas fúnebres, consideradas un género musical propio.
Asimismo, devocionarios como el Vía Crucis (Camino de la Cruz), el Vía Lucis (Camino de la Luz) y el rezo de los Siete Viernes, puntualiza la declaración oficial.
‘Todas las manifestaciones culturales y religiosas que componen la Semana Santa guatemalteca se construyen desde la colectividad y hacen uso de artes aplicadas, artesanías, tradición oral, literatura, gastronomía y naturaleza, por ello se dice con propiedad que se experimenta con los cinco sentidos’, concluye la propuesta.
Este será el segundo año en que nacionales y visitantes no podrán disfrutar de estas celebraciones debido a la Covid-19; sin embargo, sus organizadores dicen que el espíritu de la misma llegará a las casas mediante documentales sobre su pasado, presente y futuro.
Hoy la ciudad colonial de Antigua, donde tienen lugar las más coloridas procesiones y alfombras, dio a conocer un programa de actividades reducido para mantener devoción y cultura y atraer turismo, uno de los sectores más afectados por la pandemia.
Después del cierre total a mediados de marzo de 2020, la reapertura económica del país a finales de septiembre permitió a esta urbe recuperar en parte su brillo de antaño, aunque no se vestirá de flores y aserrín ni flotará en el aire el aroma a incienso y corozo que acompaña a sus solemnes procesiones.
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