La región de París, uno de los principales destinos turísticos del mundo, sufrió un colapso sin precedentes el pasado año, registrando una caída de 33,1 millones de turistas con respecto a 2019 lo que supuso una pérdida estimada de unos 15 mil 500 millones de euros, de acuerdo al informe del CRT.
Debido a ‘la introducción generalizada de restricciones en los viajes’ la afluencia turística se redujo a 17,5 millones de visitantes, de los cuales 12,6 millones fueron franceses, lo que el documento calificó como un ‘deterioro sin precedentes de la actividad turística’.
A la vista de estos datos, el organismo señaló una caída del 78 por ciento del turismo extranjero y del 56 por ciento del nacional, siempre en relación con 2019, mientras que el capítulo de ingresos se limitó a 6 mil 400 millones de euros en ingresos turísticos, lo que equivale al 29 por ciento del año precedente.
‘Tras un comienzo de año prometedor, a pesar del inicio de la crisis sanitaria en Asia y la continuación de las protestas sociales en Francia (contra la reforma de las pensiones), la actividad turística se detuvo a partir de mediados de marzo’, con el inicio del primer confinamiento, apuntó el informe.
Igualmente se registró ‘una cierta recuperación’ desde el final de ese primer periodo de cuarentena, el 11 de mayo, y el inicio del segundo a finales de octubre, gracias fundamentalmente al turismo interior y a los viajeros procedentes de países cercanos como Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Bélgica e Italia.
Entre las empresas más perjudicadas se encuentra el sector de los alojamientos, muy afectados por la ausencia de negocios y clientes internacionales, con una caída global del 68 por ciento en el número de pernoctaciones y del 55 por ciento de los alquileres de temporada.
En lo que se refiere a la capital, los hoteles redujeron en un 70 por ciento su volumen de negocio, especialmente los establecimientos de alta categoría, debido en gran parte al cierre de museos, monumentos y todo tipo de espacios culturales.
En cuanto al turismo de negocios en el conjunto de la región, que ‘puede representar hasta la mitad de las pernoctaciones hoteleras’ anual, según el documento, la cancelación de todo tipo de ferias, congresos y eventos profesionales contribuyó igualmente al drástico descenso de la actividad.
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