Tras la reunión semanal del Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno español, María Jesús Montero, anunció que hasta el momento se recibieron más de 60 expedientes para exhumaciones, aunque no precisó cuándo comenzará el procedimiento.
Los trabajos para exhumar, identificar y entregar a los familiares los restos de esos represaliados por el franquismo se realizarán en el Valle de los Caídos, mausoleo en el que estuvo enterrado el propio dictador.
Distante unos 50 kilómetros de Madrid, el Valle de los Caídos es el monumento más simbólico del régimen militar que Franco implantó tras su golpe a la Segunda República (1931-1939).
Él mismo fue enterrado en su basílica cuando murió, en 1975, aunque sus restos fueron trasladados en 2019 a un cementerio de la periferia de esta capital por iniciativa del Ejecutivo del socialdemócrata Pedro Sánchez, con el aval del Tribunal Supremo.
Según datos oficiales, en el Valle yacen los restos de 33 mil 833 personas -casi la mitad sin identificar- de ambos bandos de la Guerra Civil.
Cuerpos que fueron llevados allí entre 1959, en plena dictadura franquista, y 1983, ya en democracia, desde fosas y cementerios de todo el país.
Los presupuestos generales del Estado para 2021 prevén una inversión de 11,3 millones euros para impulsar las políticas de memoria democrática.
Entre ellas destaca un plan de exhumación de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura junto a la creación de un banco nacional de ADN y un censo de represaliados.
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