El pasado martes, en una videoconferencia conjunta, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, conversaron sobre la posible cooperación en materia de vacunas con el mandatario ruso, Vladimir Putin.
El Kremlin dijo en un comunicado que trataron sobre la posibilidad de registrar en la Unión Europea (UE) la vacuna rusa Sputnik V -aprobada en más de 55 países-, las posibles entregas y la producción conjunta del fármaco en el bloque comunitario.
Sputnik V se convirtió en la vacuna de la discordia mientras la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) no autoriza su uso, pero asegura que la está revisando.
De un lado, Thierry Breton, comisario de Mercado Interior de la UE, considera que Sputnik V no es necesaria. Del otro, algunos Estados miembros ya la aprobaron o evalúan la posibilidad de hacerlo, ante la falta de inmunizantes y una pandemia que cada día cobra más vidas.
Otro tema en el que encontraron puntos de encuentro fue la crisis que desde 2014 afecta al Donbass, en el este de Ucrania, a raíz de un cambio de gobierno violento en el país.
El presidente ruso alertó sobre la escalada militar del gobierno de Kiev en la línea de contacto y manifestó su preocupación acerca de la posibilidad de que los enfrentamientos provoquen una guerra civil en esa nación.
Al respecto, los mandatarios dejaron claro que Ucrania debe cumplir los Acuerdos de Minsk para resolver el conflicto, algo que contradice la posición de su presidente, Vladimir Zelensky, quien los rechaza y exige la firma de nuevos compromisos.
A pesar de su alineamiento con la Organización del Tratado del Atlántico Norte y con Estados Unidos, Berlín y París le advirtieron a Kiev que no debe volver al uso de las armas.
Los políticos hablaron también sobre la situación en Belarús, Libia, Siria y acordaron coordinar esfuerzos para que se restablezcan los compromisos nucleares del Plan de Acción Integral Conjunta con Irán, lo que abre las puertas a nuevos y posibles entendimientos.
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