La decisión del mandatario, cuyas funciones son cuasi protocolares, es un giro de 180 grados respecto a su postura de la víspera, impuesta por el resultado de consultas con los partidos de las cuales emergió el consenso de que Netanyahu tiene las mayores posibilidades de integrar un gabinete duradero.
El bloque Likud del primer ministro obtuvo 31 escaños en las elecciones legislativas del 23 de marzo pasado, pero aún con sus posibles aliados quedó corto de los 61 necesarios para contar con la mayoría en la Knéset, integrada por 120 diputados.
La decisión obedece a que los partidos consideran que Netanyahu tiene las mayores posibilidades de integrar un equipo, dijo el mandatario en una alocución televisada a todo el país.
De conseguir su propósito, el primer ministro, que lleva 12 años azarosos años a la cabeza del gabinete, podría eludir las acusaciones de corrupción, tráfico de influencia, y de abuso de poder en el ejercicio del cargo pronunciadas la víspera por el ministerio público en el juicio que se le sigue.
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