De acuerdo con la entidad, su intención es posponer la versión de la meca de la tierra batida, torneo previsto del 23 de mayo al 6 de junio, una fecha que de mantenerse implicaría prohibir o limitar la presencia de personas en las gradas por la Covid-19, enfermedad que el año pasado obligó a permitir la entrada de solo cinco mil amantes del llamado deporte blanco.
A mediados de febrero, el presidente de la Federación Francesa de Tenis (FFT), Gilles Moretton, había abogado por mantener la fecha tradicional de finales de mayo y principios de junio para la edición 120 del Roland Garros, pero entonces la situación de la pandemia era menos tensa y el país no estaba confinado por tercera vez.
En un escenario diferente, la ministra de Deporte, Roxana Maracineanu, mencionó hace tres día por primera vez la posibilidad del retraso.
La Covid-19 dilató el año pasado el comienzo del Grand Slam, el cual tuvo que jugarse desde finales de septiembre, con frío y lluvia, generando malestar y quejas entre algunos participantes.
La FFT y su cúpula tienen bastante seguridad de que el torneo no demorará tanto este año.
El Roland Garros representa junto a los abiertos de Australia y Estados Unidos y el Campeonato de Wimbledon la élite del tenis mundial.
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