En su criterio, es medular integrar a la ciudadanía en un proyecto común para recuperar al país de la crisis económica y sanitaria que vive, y así lo reiteró durante sus recorridos por todo el territorio nacional y encuentros con trabajadores, campesinos, estudiantes, mujeres e indígenas, de cara a la segunda ronda de sufragios, prevista el próximo domingo.
A menos de 48 horas para el llamado silencio electoral, la propuesta acumula más respaldo entre organizaciones que hicieron eco del programa, como la Cámara de Industria de la Construcción y el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicas del Ecuador (Feine).
En reunión sostenida con empresarios de la construcción en Quito, el aspirante presidencial afirmó que de ganar entre las labores de su Gobierno estará determinar el estado de los proyectos más importantes de la nación andina e impulsarlos a partir de esos estudios y con asistencia financiera.
De su lado, Leopoldo Ocampo, presidente de la Cámara, afirmó que ‘nosotros podemos asegurarle que dentro de nuestras sector hay empresarios que siguen queriendo aportarle a este querido país’.
También en la capital, Arauz firmó un acuerdo con directivos y representantes del Feine, que agrupa a 17 organizaciones filiales y congrega dos mil 700 iglesias a escala nacional.
Allí, el candidato progresista reiteró el compromiso con la unidad nacional y consideración a las posiciones del movimiento indígena, lo mismo a quienes lo favorecen que a aquellos promotores del voto nulo en la segunda ronda comicial.
‘Seremos absolutamente respetuosos de la diversidad de posturas que hay dentro del movimiento indígena de Ecuador. No queremos generar división de ningún tipo’, aseveró y además resaltó valores compartidos con el Consejo, como la solidaridad, la fe y el amor por el prójimo.
Recientemente, Arauz también recibió el espaldarazo del presidente de la Confederación de Pueblos y Nacionalidades Indígenas (Coniae), Jaime Vargas, durante una visita del presidenciable a la provincia amazónica de Sucumbíos, donde se pronunció a favor de fomentar el sueño común de un Estado plurinacional e intercultural.
En ese territorio también reiteró que declarará las lenguas ancestrales en emergencia nacional y promoverá la creación de un instituto para conservar el patrimonio auditivo, oral, elaborar diccionarios y material educativo.
Desde el pasado 16 de marzo, cuando comenzó la campaña electoral, a Arauz se sumaron grupos ambientalistas, de jóvenes, campesinos y asociaciones de trabajadores, entre otras organizaciones.
El Frente por el derecho a la educación, el Parlamento Laboral y centrales sindicales y la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana son algunos de los colectivos que se identificaron con el plan de Gobierno del denominado candidato de la esperanza.
A juicio de muchos, el creciente apoyo ratifica los resultados de la votación del 7 de febrero, que concedieron al presidenciable de Unión por la Esperanza el 32,72 por ciento de los sufragios válidos y lo ubicaron en primer lugar, seguido por Guillermo Lasso, de la alianza de centro-derecha CREO-Partido Social Cristiano, con 19,74 puntos porcentuales.
En esa misma línea, coinciden en que en las urnas estará en juego el retorno a un proyecto de políticas públicas encaminadas a alcanzar bienestar para la población, alcanzado antes en la llamada Década Ganada (2007-2017) bajo el liderazgo del expresidente Rafael Correa, o la continuidad del plan vigente, favorable al sector pudiente y la banca.
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