El 12 de abril de 1961, a las 09:07, hora local, Gagarin partió desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, a bordo de la nave Vostok-1, en un viaje de 108 minutos —una vuelta alrededor de la Tierra— que lo convirtió en el primer ser humano en ir al espacio.
Para conmemorar la fecha, en las escuelas se organizan las llamadas Fiesta de la cosmonáutica, mientras rusos de todas las edades colocan flores ante los disímiles monumentos existentes en el país en homenaje al protagonista de la hazaña y a la conquista científica.
También los medios de prensa y canales de televisión dedican espacios a la figura del cosmonauta, convertido en héroe popular de muchos rusos por su sencillez y origen humilde, según argumentan historiadores.
Hijo de un carpintero y una campesina que sufrieron la ocupación nazi, Gagarin se formó como fundidor y obrero metalúrgico y posteriormente se preparó como piloto militar, cuando fue seleccionado entre miles de candidatos para seguir el entrenamiento de cosmonauta.
Seis décadas después de la epopeya del cosmos y desde su muerte en un accidente aéreo el 27 de marzo de 1968, en Rusia la imagen o su nombre aparecen en calles, plazas, souvenirs, supermercados, o es un tatuaje en el cuerpo de no pocos de sus seguidores.
Para la ocasión, el Ministerio de Defensa desclasificó archivos personales, incluidos documentos y fotografías de los primeros cosmonautas soviéticos, los cuales publicó en su página (http://60cosmonauts.mil.ru/).
La nave Soyuz MS-18, que voló el pasado viernes hacia la Estación Espacial Internacional con tres cosmonautas a bordo en honor a la efeméride, fue bautizada con su nombre, y en su chasis llevó grabada su imagen y la inscripción Año de Gagarin 1961-2021.
Naciones Unidas estableció el 12 de abril como Día Internacional de los Vuelos Espaciales Tripulados, en memoria a la hazaña del joven de 27 años, ‘un evento histórico que abrió el camino a la exploración del espacio en beneficio de toda la humanidad’, señala la resolución de la ONU.
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