A menos de siete meses de las elecciones generales del 7 de noviembre, ese porcentaje del FSLN contrasta con el 6,6 de la oposición (fragmentada), mientras 42,7 se declaró independiente.
El estudio de opinión refleja que del bloque sin mostrar preferencia aún, el 20,3 por ciento pudiera decidirse por la oposición en el momento de acudir a las urnas y el 15,5 por el partido de Gobierno.
Computados esos parámetros el FSLN contaría con un voto potencial de 66,1 por ciento y la oposición 29,9.
Un sondeo precedente, en febrero pasado le confirió al partido rojinegro una intención de voto del 74,3 por ciento, de la cual 47,1 puntos porcentuales correspondían al llamado voto duro (el cual tiene muy pocas posibilidades de cambiar).
En las elecciones generales de 2016 la fórmula presidencial sandinista (Daniel Ortega-Rosario Murillo) triunfó con el 72, 44 por ciento de los casi dos y medio millones de votos depositados en las urnas.
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