De acuerdo con el reporte, hay personas ‘de pésima conducta social’ con la meta de erigirse como ‘los héroes salvadores de la Patria’, entre ellos los cubanoamericanos Michel Naranjo (conocido como Kiki) y William Cabrera (Willy).
Ambos son autoproclamados comandantes de la organización terrorista llamada La Nueva Nación Cubana, y en ese contexto realizan entrenamientos, muchos de ellos en campos de tiro, ‘esperando el gran día’.
Esos contrarrevolucionarios sienten admiración por la brigada mercenaria 2506, grupo mercenario equipado y entrenado por los Estados Unidos desde 1960 con el fin de invadir a Cuba y establecer un Gobierno aupado por Washington.
También respetan a los terroristas Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, quienes promovieron en 1976 el estallido en pleno vuelo de la nave CU-455 de Cubana de Aviación y la muerte de sus 73 personas a bordo en las costas de Barbados.
Según el espacio informativo, Naranjo y Cabrera tienen como propósitos inmediatos garantizar la entrada de armas, municiones y explosivos al territorio nacional, infiltrar personas, el tiroteo a instalaciones hoteleras, e incendiar tiendas y estaciones de policía.
Otros objetivos del grupúsculo son detonar bombas en círculos infantiles (guarderías) e instalaciones de salud, atentar contra la vida de dirigentes y funcionarios, así como introducir una nueva cepa del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la pandemia de Covid-19.
De igual forma, el noticiero mostró un mensaje difundido en la red social Facebook, en el cual la cubana residente en España con reconocidos vínculos con grupos contrarrevolucionarios Armonía Díaz, comentaba que Willy González ya está en Cuba.
También el informativo señaló que esos contrarrevolucionarios tienen ecos en la isla a cambio de dinero, recargas en el teléfono y promesas; sin embargo, gracias a las investigaciones de los órganos encargados de la seguridad, hay cuatro personas al servicio de tales terroristas detenidas.
Ellos son Amaurys Casaels, Ernesto Javier Espinosa (ambos de la oriental provincia de Holguín), Daniel Aponte y Francisco Ángel Rodríguez (los dos residentes en La Habana), todos con antecedentes penales.
Al decir de la fuente, Casaels y Espinosa recibieron indicaciones de elementos desde el exterior para lanzar los denominados ‘cócteles Molotov’ contra una sucursal bancaria y una estación de policía de su localidad.
Mientras, Aponte reclutaría a personas, entre ellas Rodríguez, para crear células clandestinas y desarrollar acciones violentas en el capitalino Palacio de Convenciones (sede desde mañana del Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba), subestaciones eléctricas, tiendas y unidades de la defensa.
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