La joven graduada en la Universidad del Isthmus pensó en un tema que le permitiera conjugar espacio público y causa social, pero era consciente de que la idea tenía que ser más que un trabajo de graduación: debía ser algo que le quedara al país, a las víctimas de la invasión, dijo al medio.
‘Sabía que era un tema delicado y hacer un proyecto memorial a un hecho que impactó tan profundamente al país, que tiene sus diferentes aristas y que es controvertido, me dio un poco de miedo en no alcanzar la expectativa de lo que se necesita para un proyecto de este tipo’, explicó.
Como parte de la tesis, debía proponer un hipotético lugar donde desarrollar la obra sugerida y Palacios no dudó en proponer como sede al capitalino barrio mártir El Chorrillo, en el parque Amelia Denis de Icaza (1836-1911), poetiza panameña con una obra de profundo patriotismo, contenido político y denuncia social.
El proyecto está dividido en espacios para el reconocimiento, que contempla un muro de granito para grabar los nombres de las víctimas mortales y los desaparecidos; otro destinado a la reflexión del presente desde una suerte de mirador rodeado de vegetación y un tercero que llama ‘la búsqueda de la paz’, un sitio de reuniones comunitarias y conmemoraciones.
Palacios aspira a que el proyecto trascienda la nota de graduación, porque ‘escogí este tema para graduarme de la Universidad, ese era mi objetivo, eso fue lo que hice y eso está perfecto, pero ahora me doy cuenta de que trasciende mi título de arquitecta, siento que se debe construir. Es algo que se le debe a los panameños, especialmente a las víctimas’, sentenció.
Ayer, la Comisión 20 de Diciembre de 1989 y el Ministerio Público exhumaron huesos de dos sepulturas ubicadas en el cementerio Jardín de Paz, en esta capital, como parte de las diligencias para esclarecer los hechos de la invasión, pues en la masacre murieron un número aún no determinado de personas, muchas de las cuales sus familiares buscan sus restos.
Panamá fue laboratorio de la más alta tecnología de guerra diseñada por los Estados Unidos, según el libro ‘Cuando los gringos bombardearon el trineo de Santa Claus’, un compendio de lo publicado en el Quincenario Bayano, en febrero de 1990 y otros textos elaborados con posterioridad sobre el ataque militar.
El ‘Manifiesto a la conciencia nacional y patriótica’ es uno de los principales documentos del número, en el cual rechazaron la excusa de la invasión con 30 mil soldados y el más sofisticado armamento, solo para capturar al exgeneral Manuel Antonio Noriega quien, además, ‘acudía regularmente a sus oficinas ubicadas en Fuerte Amador, adyacente a la marina estadounidense acantonada en Panamá’.
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