Ese es el resultado del Índice de Mujeres en el Trabajo de PwC, una reconocida firma de consultoría que mide el empoderamiento económico femenino en 33 países de ese bloque.
La evidencia que emerge a escala mundial es que las mujeres sienten de manera desproporcionada el impacto de la Covid-19 y de las políticas de respuesta y recuperación de sus respectivos gobiernos.
Durante nueve años, los países de la OCDE lograron avances consistentes en el empoderamiento económico de las mujeres, pero con la pandemia dicha tendencia se revertirá, por lo que estiman que el Índice caerá 2,1 puntos entre 2019 y 2021, de acuerdo con el estudio realizado.
En tanto, ese indicador no comenzará a recuperarse hasta 2022, cuando se espera lo haga en 0,8 puntos, por lo cual con vistas a 2030 y teniendo en cuenta el efecto de la Covid-19, el progreso hacia la igualdad de género debe ser dos veces más rápido que su tasa histórica.
Según la OCDE, antes de la crisis sanitaria ya existía una sobrecarga en el cuidado de los hijos al interior de los hogares, donde las mujeres pasaban un promedio de seis horas más que los hombres en esa tarea, tiempo que con la pandemia aumentó a 7,7 horas más a la semana, casi como un trabajo extra de tiempo completo.
Este aumento del empleo no remunerado redujo la contribución de las féminas a la economía, situación que de persistir significará que más mujeres abandonen el mercado laboral de forma permanente, revirtiendo el progreso hacia la igualdad de género y reduciendo la productividad.
Las investigaciones muestran que ese fenómeno tiene un impacto a largo plazo en las perspectivas del empleo para las hembras, las cuales de volver al trabajo lo harán en puestos menos calificados, con sueldos más bajos y peores posiciones.
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