El mandatario se limitó a decir que Australia, uno de los mayores emisores de carbono per cápita entre las naciones más ricas del mundo, alcanzará cero neto ‘lo más rápido posible y preferiblemente para 2050’.
Los analistas tomaron esos comentarios como una señal de que Australia no se comprometerá con ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de carbono en la venidera cumbre virtual sobre cambio climático, convocada del 22 al 23 de abril por Estados Unidos.
Este es un gobierno federal que hará lo mínimo necesario para mantener su asiento en la mesa, pero nada más, declaró a la prensa el director de clima y energía del grupo de expertos del Instituto Australia, Richie Merzian.
La actual administración estadounidense pretende eliminar gradualmente los combustibles fósiles, y este lunes el secretario de Estado, Antony Blinken, señaló que sus diplomáticos desafiarían a los países cuya inacción frustró los esfuerzos para combatir el cambio climático.
Morrison se ha resistido a las llamadas de las empresas más grandes de Australia, incluidos sus principales productores de gas, para establecer un precio del carbono o un objetivo de cero emisión para 2050, ambos considerados esenciales para ayudar a crear certeza de inversión durante la transición energética.
Expertos recordaron hoy que los escépticos del cambio climático fueron una fuerza clave para destituir a su predecesor, Malcolm Turnbull, como primer ministro en 2018.
En virtud del Acuerdo de París, Australia se comprometió a reducir sus emisiones de carbono entre un 26 y un 28 por ciento por debajo de los niveles de 2005 para 2030.
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