En un comunicado, el Ejecutivo español deploró ‘en los términos más enérgicos’ la agresión, que dejó un saldo de 24 víctimas fatales y 110 heridos, incluidos 16 menores y 12 mujeres, que se habían reunido para romper el ayuno en el ramadán.
Según versiones periodísticas, la mayoría de los muertos por la explosión, que además destruyó varios edificios y dañó un hospital, son estudiantes del distrito Azra, quienes acudieron a Pul-e-Alam, capital de Logar, para atender un examen de acceso a la universidad.
‘Los ataques contra menores, mujeres y otros colectivos vulnerables son especialmente reprobables, amenazan el proceso de paz y alejan la perspectiva de reconciliación’, censura el Gobierno en el comunicado difundido por el Ministerio español de Asuntos Exteriores.
La administración del socialdemócrata Pedro Sánchez llama a un ‘cese inmediato de la violencia y, en estos momentos de duelo, reafirma su solidaridad con el gobierno y el pueblo afgano, y en especial con los familiares y los amigos de las víctimas’, concluye.
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