‘La fiesta de Pascua, que encarna el triunfo de la vida, la bondad y la justicia, es de gran importancia moral. Despierta la fe, la esperanza, el deseo de ayudar a los demás’, apuntó el jefe de Estado, según el comunicado.
El presidente destacó las actividades de la Iglesia Ortodoxa Rusa, así como de otras denominaciones cristianas, encaminadas a mantener la paz y la armonía civil en el país, desarrollando el diálogo interreligioso e interétnico, señaló el texto.
Agregó que esa institución religiosa se ha convertido en un apoyo espiritual confiable para millones de personas en estos tiempos difíciles.
Rusia celebró la llegada este domingo de la Pascua Ortodoxa con una misa oficiada por el patriarca Kiril en la Catedral de Cristo Salvador, en esta capital, a la cual asistió el mandatario y el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
La Iglesia Ortodoxa Rusa sigue el calendario juliano, diferente al gregoriano usado por las iglesias católica y protestante, por lo que este año la celebración ocurre el 2 de mayo, casi un mes después de la Pascua católica del pasado 4 de abril.
El momento culminante de la Pascua Ortodoxa, la Vigilia Pascual, comenzó en la noche del Sábado Santo con la misa y concluyó durante la madrugada del Domingo de Resurrección, cuando finaliza la llamada Gran Cuaresma ortodoxa de 48 días con una cena festiva tradicional.
En ese tiempo los devotos mantienen un estricto ayuno que prescribe la abstención de carne, leche, pescado y huevos en la dieta.
Para la celebración del fin de la cuaresma este domingo, los platos tradicionales son el kulich, una panetela de harina blanca con pasas y nueces, cubierta por una capa de azúcar, que simboliza la carne de Cristo.
También pastel hecho de requesón, el vino eclesiástico, que representa la sangre de Jesucristo derramada por todos los pecadores; y los huevos pintados, que encarna el comienzo de una nueva vida y el amor.
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