Los principales beneficiarios de esa acción son los grupos sociales más vulnerables, los huérfanos, desplazados, ancianos y discapacitados, afirmó a Prensa Latina Essam Habbal, fundador de ese grupo y jefe de su Junta Directiva.
Aclaró que tales acciones humanitarias adquirieron importancia excepcional en los últimos dos años, especialmente después del recrudecimiento del bloqueo económico por parte de Estados Unidos y sus aliados, lo cual agudizó las necesidades de la gente.
La asociación Saed fue fundada en 2013 y su iniciativa ‘No al Hambre’ es parte de un grupo de acciones que realiza durante el Ramadán, mes del ayuno musulmán, y logró en años anteriores entregar más de un millón de raciones de comida en cinco provincias.
Habbal reconoció que la guerra de más de 10 años incrementó el número de familias necesitadas, pero en paralelo aumentaron las muestras de solidaridad y apoyo mutuo entre los sirios.
‘No recibimos ayuda ninguna de las organizaciones internacionales sino de entidades meramente sirias que financian los alimentos que cocinamos y repartimos’, aseguró Habbal.
Cientos de voluntarios protagonizan esas acciones y cada día se incorporan personas nuevas como la joven Sireen al-Sheikh, técnica de laboratorio de 20 años de edad.
Ella afirmó a Prensa Latina que está muy contenta de poder contribuir y ayudar a la gente vulnerable y que continuará con esta acción otros días fuera del mes de Ramadán. Mientras, Humam Saed, estudiante de farmacéutica de 19 años de edad, aseguró que se siente muy complacido por el apoyo social que brinda a esas familias.
Estar presente en el lugar donde hay necesidad para ayudar a los demás en lo que se pueda es un deber nacional y humano, aseveran los voluntarios.
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