En febrero pasado a Ongwen, quien llegó a ser comandante del rebelde del Ejército de Resistencia del Señor (LRA por sus siglas en inglés), le declararon culpable de 61 delitos, incluidos asesinato, violación y tortura, cometidos por su grupo armado, cuyo principal jefe es el excatequista Joseph Kony, también perseguido por la CPI.
El LRA causó graves daños en el norte de Uganda durante la década de 1990 y principios del 2000, y según analistas hoy es un espectro armado que roba para subsistir y se esconde en parajes de África central, su otrora gran teatro de operaciones.
Sin embargo, peritos en contrainsurgencia aún consideran que esa formación en declive continúa siendo un peligro, porque aunque reducida y con acciones apenas perceptibles se involucra en ataques a zonas civiles y secuestros de pobladores.
De los cuatro jefes principales del LRA- Joseph Kony, Vincent Otti, Okot Odhiambo y Ongwen- todos, acusados por la CPI hace más de una década, solo el primero el último permanecen vivos.
A propósito del juicio contra Dominic Ongwen, se recordó que por informaciones o la captura de Kony se mantiene la entrega de una recompensa de cinco millones de dólares, aunque diversos rumores indican que presumiblemente haya muerto en la República Centroafricana.
El Ejército de Resistencia del Señor, un grupo fundamentalista de confesión cristiana, aterrorizó a comunidades residentes en el norte de Uganda, Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y en Centroafricana sirvió como destacamento mercenario en las rivalidades políticas internas.
mem/mt