La primera ministra, Jacinda Ardern, calificó el ataque de ‘muy preocupante’ y dijo que la policía le había informado que ‘no había nada en este momento que sugiriera que se trataba de terror doméstico’.
Nuestros pensamientos están con todos aquellos que se han visto afectados por este ataque, declaró.
Por otro lado, elogió los actos valientes de los transeúntes que intervinieron para proteger a quienes los rodeaban.
Cinco personas, incluidos dos empleados y el presunto atacante, fueron trasladadas al Hospital de Dunedin el lunes por la tarde después del suceso ocurrido en un supermercado, a pocos metros del corazón de la ciudad, el Octágono.
De acuerdo con los primeros informes, tres personas sufrieron heridas graves y otras dos tienen lesiones moderadas.
Antes de que la policía llegara al lugar, los transeúntes detuvieron al supuesto agresor a pesar de los riesgos para su propia seguridad, dijo el superintendente Paul Basham.
Los que intervinieron, algunos de los cuales resultaron heridos, actuaron desinteresadamente y con gran valentía, destacó.
La policía informó que el aparente culpable está bajo vigilancia policial en el Hospital de Dunedin y aún no ha sido entrevistado ni acusado formalmente.
Este fue un evento rápido y extremadamente traumático para todas las personas en ese supermercado: las víctimas que resultaron heridas, los presentes que intentaron intervenir y los que tuvieron que huir a un lugar seguro, explicó Basham.
Un comunicado de la compañía dueña del supermercado señaló que estaban ‘conmocionados y devastados’, y que la tienda estaría cerrada hasta el miércoles.
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