Después de reunirse anoche en su sede Matignon con representantes de sindicatos de policías, el alto funcionario emitió un comunicado en el que precisó el aumento a 30 años de la pena de seguridad para los condenados a cadena perpetua por un crimen contra uniformados.
Asimismo, indicó una limitación estricta de la posibilidad de reducción de sanciones para los sentenciados por agredir a miembros de las fuerzas del orden.
El 5 de mayo fue asesinado en el centro de la sureña ciudad de Avignon el policía de 36 años Éric Masson, durante una intervención antinarcóticos, ataque que conmocionó a la sociedad.
Castex insistió en la necesidad de fortalecer el castigo a los agresores de agentes, mientras el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, abogó por una ‘estricta firmeza’ de los fiscales en el procesamiento de estos casos.
El gobierno francés informó además la creación a partir del 1 de julio de un observatorio de respuesta penal, mecanismo destinado a lidiar con los delitos cometidos contra las fuerzas de seguridad interior.
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