Sin embargo, la población ha instado a las milicias radicales a acordar un alto el fuego permanente y detener su violencia contra las fuerzas del gobierno afgano después del Eid.
Lo ideal sería que se extendiera el alto el fuego, pero estamos completamente preparados para defender a nuestro pueblo y lucharemos contra los enemigos hasta nuestra última gota de sangre, declaró al respecto Farid Ahmad, efectivo de la Policía Nacional Afgana en la norteña provincia de Kunduz.
El aumento de la violencia genera desconfianza y odio entre el pueblo sobre el proceso de paz, dijo por su parte Fawzia Koofi, miembro del equipo negociador que representa a la República Islámica de Afganistán en las conversaciones con el Talibán.
Tras el anuncio del cese de hostilidades, el presidente Ashraf Ghani también instruyó a las fuerzas afganas a observar el alto el fuego durante los tres días de Eid, pero reiteró que la violencia de los talibanes ya no tiene legitimidad, pues las tropas internacionales están abandonando el país, tal como ellos demandaban.
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