Contra todo pronóstico, lo que aparentemente sería una sesión inaugural sencilla se tornó complicada ayer, pues los supuestos acuerdos predeterminados entre formaciones políticas desaparecieron al momento de la votación. Anticipadamente, medios de comunicación e incluso algunos de los parlamentarios electos dieron por sentado que los directivos ya estaban preseleccionados, tras pactos entre la coalición progresista Unión por la Esperanza (UNES), la alianza CREO y el Partido Social Cristiano.
En consecuencia, el ejecutivo del primer poder del Estado quedaría conformado por Henry Kronfle, de CREO, como presidente; Paola Cabezas, por UNES, como primera vicepresidenta, y el independiente Virgilio Saquicela en el puesto de segundo vicepresidente.
Sin embargo, a la hora de la votación, CREO se deslindó del acuerdo y no respaldó la moción que promovió a Kronfle como primera dignidad, con lo cual solo alcanzó el apoyo de 69 parlamentarios, uno menos del mínimo requerido para ser proclamada.
Tampoco prosperaron otras dos propuestas -Salvador Quishpe (Pachakutik) y Wilma Andrade (Izquierda Democrática)-, quienes alcanzaron 44 y 21 votos, respectivamente.
‘Más allá de posicionamientos políticos, si el cambio de posición de CREO (…) en la Asamblea Nacional es consecuencia de la presión mediática, mal apunta la cosa para los próximos cuatro años’, alertó el sociólogo y periodista Decio Machado.
Más temprano, en su intervención en la instalación de la primera sesión, Pierina Correa insistió en la relevancia de crear un frente común, sobre la base de las coincidencias y con respeto a las diferencias, para construir y recuperar la credibilidad y confianza en el Parlamento, perdidas en la gestión recién concluida.
Bajo esa premisa, el pleno intentará completar esta tarde el proceso iniciado la víspera y elegir a sus autoridades, así como a los miembros del Consejo de Administración Legislativa.
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