En la ciudad de El Alto hay una instalación preparada para esto, entonces vamos a trabajar, conjuntamente lograremos el objetivo y será una solución estable y duradera contra el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, sostuvo el diplomático.
El ministro de Salud boliviano, Jeyson Auza, formuló la iniciativa a fines de abril, por lo cual el proyecto recién empieza, comentó Ledenév, quien enfatizó que su país lo aceptó ‘con mucho interés’ y consideró ‘muy posible’ su concreción.
Pronto vamos a tener en Bolivia la producción de este nuevo tipo de inmunizante, consideró la autoridad, mientras destacó que la Sputnik Light es de una sola aplicación y tiene un 79,4 por ciento de eficacia.
Comparó ese comportamiento con el 91,6 por ciento de las dos dosis de Sputnik V, según las conclusiones del Instituto Gamaleya, financiado por el Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR), perteneciente al Gobierno.
Además de la Sputnik V, los científicos rusos desarrollaron la Sputnik Light, una versión ligera de la primera; la EpiVacCorona y la CoviVac, producidas por los laboratorios Vector y Chumakov, respectivamente.
La actual administración boliviana lleva adelante un plan de vacunación masiva contra la Covid-19, después de inyectar principalmente al personal sanitario en la primera línea de enfrentamiento a la enfermedad.
Al propio tiempo, realiza gestiones para acceder a más fármacos en el propósito de garantizar una inmunidad efectiva en siete millones 180 mil 428 bolivianos, el 70 por ciento de la población.
Hasta el momento, reportes oficiales dan cuenta de un millón 103 mil 71 inoculados con la primera y segunda dosis de la Sputnik V, la anglo-sueca AstraZeneca, la Sinopharm o la Pfizer-BioNTech (Estados Unidos-Alemania).
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